RADIO MAXIMO VOLUMEN

ENTREVISTA A ADRIAN SUAR




Un 2010 de colección. Luego de 20 años, el canal que dirige, El Trece, ganó la medición anual. Aquí cuenta las claves. Se reconoce un buen productor y un pésimo jugador de Play Station.

Conoce el medio desde adentro. Y desde todos los verbos: actúa, dirige, idea, produce, programa. Tal vez por eso sabe que “en la tele hay que ser muy cuidadoso a la hora de hablar, porque el rating está muy instalado en la calle... La gente charla de rating como de sensación térmica. Yo no quiero caretearla: trabajo para tener 40 puntos, pero la cultura de que ‘ el que mide más es el más vivo’ no me va. No me gusta que se evalúe sólo por el rating. Y ojo que las transité todas. En este trabajo pasás de campeón a canillita y de canillita a campeón. Así que, voy tranquilo”, reconoce Adrián Suar, pocas horas antes de que termine el año que ter minó. El año que lo vio ganar el título.

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Aunque recién hoy se conocerá la cifra oficial (ver El rating...), sabe que El Trece ganó la medición anual después de dos décadas. Y, como director de programación que es, entiende que la clave estuvo en que “tuvimos un excelente 2010, con (Marcelo) Tinelli, Malparida , Telenoche , con los muchos meses en los que Alguien que me quiera hizo 10 puntos a la tarde, con los casi 16 de Para vestir santos . Y también se dio, algo que no pasa todo el tiempo, que nosotros estuvimos muy bien y Telefe estuvo más tranquilo, sobre todo en la segunda mitad. Ahora, de cara al 2011, se baraja y se reparte de nuevo. Todo lo que fue queda en el recuerdo, lo llevo en mi corazón. Además, por mi naturaleza y mi experiencia, nunca fui un arengador del ‘dale campeón, dale campeón’ . Lo que sí digo es ‘construimos algo, no lo perdamos’ . A brindar y trabajar”.

Tarde agobiante en Buenos Aires, tarde tan cálida como fresca en su oficina de Pol-ka. Amante de las figuras narrativas para graficar la idea, confiesa que “estamos con viento en la camiseta. Y siento que ahora tenemos la posibilidad de perfilar el barco hacia una diversidad, de profundizar ese modelo: convive el noticiero con Tinelli y el big show , el humor y lo bizarro que tiene el Cabezón y también con el unitario. Recién hace dos años aprendí cómo se programa un canal.

¿Y cómo se programa? 
Con el corazón caliente y la cabeza fría.

¿Hasta hace dos años tenía más cabeza que corazón? 
Me la pasé buscando, me abatataba en algunas cosas. Asumí en noviembre de 2001 y creo que a partir de 2008 le tomé la mano. Programar y producir son dos cosas muy distintas.

Se puede decir entonces que en los primeros años...
Me tendrían que haber echado. No, en serio, me equivoqué mucho. Obviamente nada llegó al límite del papelón, porque por suerte siempre tuvimos una buena noche, tardes más flojas... Pero el balance de ahora me da muy positivo. Me quedo con la sensación de haber tenido un gran año, que no siempre tuve. Esta vez me salieron casi todas.

¿Eso combina lo personal y lo profesional?
Sí, absolutamente. Es un muy buen momento de mi vida. Estoy en una buena etapa de madurez. Me siento muy feliz con Gri (la actriz Griselda Siciliani), con Toto (su hijo), con todos mis afectos y bien parado en lo laboral. Los años no vienen solos y siento que supe capitalizar eso.

Una entrevista con Suar es una charla a agenda abierta, con su humor cortito y al pie, sin eufemismos, con esa mirada integral que le dan sus distintos roles. “Como productor soy de tomar muchos riesgos, como lo vengo haciendo desde que empecé (en 1994 fundó Pol-ka). Ahí soy como un pez en el agua. Como programador voy a otro ritmo”, asegura. Y entre los logros del año destaca que “se articuló bien la tarde y que se consolidó la fusión entre el producto de Marcelo y el canal. Conviven muy bien”.

¿No te molestó la escena subida de tono en “ShowMatch” entreSilvina Escudero y su bailarín (él besándole los pechos en una coreografía)? Me pareció que estuvo un poquito de más la repetición de la escena. Un momento así, en un vivo, te puede pasar, pero lo otro me resultó innecesario. El y yo hablamos mucho en la semana y las veces que se ha pasado se lo dije. El Cabezón tiene mucha autocrítica y regula solo. Igual, tuvo muchos más aciertos que desaciertos. Y creo que su mejor programa lo encontró en El Trece y que éste fue su mejor año. Y en lo que más lo ilumino y lo arengo es en el humor, ahí tiene una veta enorme como conductor.

¿Qué lugar ocupa Tinelli en el logro del rating? 
Fundamental.

¿Por eso le diste la tarde? 
No, no le di la tarde. Primero fue eso de ‘ganador queda en cancha’ . Y luego vimos que todos los canales hacían las cosas del canal: o sea, El Trece generaba los contenidos y el usufructo lo ejercían todos. Y yo no lo usaba. Lo hablamos, consensuamos y salió Este es el show .

Y se rompió el estigma de las tardes de El Trece...
Eso ayudó a que fuera un canal alegre.

¿Te preocupa algo de la competencia en el verano? 
Todo. Me preocupa y me ocupa. Sobre todo porque Marisa Badía (directora de programación de Telefe) empieza a tener su programación y a hacer lo que sabe. Le tengo cariño y sé que va a defender su pantalla.

Con las fotos de todos sus ciclos de testigo, confirma que el prime time (horario central) se renovará en febrero con las tiras Los únicos y Herederos de una venganza , que en el primer semestre irá el unitario Amores tontos y, en el segundo, El puntero , sobre un puntero político que marcará la vuelta de Julio Chávez a la TV.

Durante la hora y pico de charla, no hay rating ni televisor encendido, pero apenas salga, Pablo Codevilla –gerente de programación del canal- le dirá los buenos números de la tarde. Una mirada entre ellos va más allá de las cifras.

Desde que funciona el “minuto a minuto”, ¿te mandaste alguna locura? Alguna picardía habré hecho y alguna cosa de la que me arrepiento, también, pero en general no es mi estilo de laburo. Cuando me vi como un gil en determinada situación, pisé el freno. Siempre trato de respetar lo previsto, pero lo adrenalínico me tira.

Tanto, que sabe disociarse en un puñado de funciones sin perderse en el intento. Hombre de TV –que el flamante año pasado celebró el medio siglo de El Trece-, se hizo fuerte en el cine ( Un novio para mi mujer superó 1.400.000 espectadores e Igualita a mí convocó a casi 900 mil personas) y pisa firme en el teatro: el año pasado produjo Piaf y Los reyes de la risa (ahora en Mar del Plata). Y él, como actor, en marzo empezará a ensayar La guerra de los Roses , con Carla Peterson.

“La gente tiene la fantasía de que estoy las 24 horas laburando, y la verdad es que tengo una vida de mucho privilegio. Arranco a las 10, en Pol-ka, a las 13.30 voy al canal hasta las 19. Nadie me regaló nada, pero no puedo victimizarme. En este ámbito se trabaja, se sufre, yo he envejecido, tengo canas, alguna que otra arruga, pero no dejo de agradecer. Si no lo hago es que no entendí nada. Yo camino la calle y cuando abro un poco el plano veo todas las realidades”. Si lo sabrá él, un especialista en ficciones.


Fuente: Clarin.

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